En desarrollo de software, la deuda técnica (o tech debt) es el costo implícito de tener que rehacer cosas más adelante por haber elegido una solución rápida en vez de una más completa (pero que tomaba más tiempo).
A veces, las personas desarrolladoras saben que están escribiendo código que no cumple con sus estándares normales, pero lo hacen por necesidad. En otros casos, ni se dan cuenta de que están dejando algo mal hecho. De cualquier forma, eso genera deuda técnica. Lo bueno es que, si se gestiona bien, puede incluso traer beneficios.
En esta guía vas a conocer las causas, tipos y desafíos de la deuda técnica, cómo saber cuánta es aceptable y cómo gestionarla de forma efectiva usando monday dev.
¿Qué es la deuda técnica?
El concepto de deuda técnica, también llamada deuda de código o deuda de diseño, aparece cuando los equipos de desarrollo priorizan avanzar rápido en vez de escribir el código perfecto. Es parecida a una deuda financiera: hacer atajos ahora te deja una “deuda” que después hay que “pagar” con trabajo extra.
Ward Cunningham usó el término por primera vez diciendo: Publicar código por primera vez es como endeudarse.
Así como endeudarse financieramente no es algo malo si se maneja con cabeza, usar cierta deuda técnica de manera estratégica puede ayudarte a avanzar más rápido con tus proyectos de software.
¿Cómo medimos la deuda técnica?
Hay varias formas de medirla, incluyendo:
- Tasa de deuda técnica (TDR): Compara el costo de arreglar el código contra el costo de haberlo desarrollado. Cuanto más alta, más deuda tienes. Se calcula así:
(Costo de remediación / Costo de desarrollo de software) x 100 - Métricas de calidad de código: Herramientas como SonarQube revisan tu base de código y estiman cuánto tiempo llevaría corregir problemas. Algunas métricas clave: Complejidad del código, Duplicación de código, Cobertura de tests, Violaciones de estándares de codificación
- Ratio de errores: Mide la cantidad de bugs en relación al tamaño del código o funcionalidades.
- Lead time: Tiempo desde que se empieza a desarrollar una funcionalidad hasta que se lanza. Si empieza a crecer mucho, puede ser por deuda técnica.
- Tasa de fallos en cambios: Porcentaje de cambios (como deploys) que fallan y necesitan arreglos.
- Fallas en CI/CD: Si tus pipelines de integración o despliegue fallan seguido, puede ser señal de problemas de calidad del producto.
- Time to market (TTM): Cuánto tiempo tardas en lanzar nuevas funcionalidades. Si se alarga, la deuda técnica podría estar frenándote.
- Índice de deuda técnica: Combina varias de estas métricas en un solo puntaje.
Para medir bien la deuda técnica, lo ideal es:
- Combinar varias métricas para tener una visión completa
- Seguirlas a lo largo del tiempo
- Adaptarlas al tipo de proyecto de software
- Usar herramientas automáticas para mantener consistencia
- Considerar tanto el impacto técnico como el organizacional
Eso sí: las métricas tienen que estar alineadas con lo que necesita tu equipo y tus objetivos de negocio. Revisarlas seguido te ayuda a no perder el control.
¿Qué problemas trae la deuda técnica?
La deuda técnica no es solo un término bonito: puede traer varios dolores de cabeza.
Menor velocidad y flexibilidad
Aunque en un principio el desarrollo va rápido, después cuesta más mantenerlo. Se pierde tiempo resolviendo problemas en lugar de construir cosas nuevas. Y eso hace más difícil adaptarte a lo que el negocio necesita.
Más costos a largo plazo
Cuanto más tiempo se deja sin resolver, más cara se vuelve. Como una deuda financiera, va acumulando “intereses” en forma de trabajo extra.
Mala calidad y menos confiabilidad
Atajos y arreglos rápidos pueden generar bugs, vulnerabilidades y una experiencia de usuario pobre. Y si el producto no anda bien, la experiencia del cliente y tu reputación también se ven afectadas.
Dificultad para escalar o innovar
Con mucha deuda acumulada, se hace más difícil agregar funcionalidades o escalar la app. La deuda existente en el código puede no dar para más.
Problemas de seguridad
Sistemas desactualizados, bugs sin arreglar o implementaciones mal hechas pueden abrir la puerta a ataques.
Mantenimiento complicado
Código viejo, mal documentado o muy enredado es difícil de entender y de modificar. Mantenerlo lleva mucho más tiempo.
Limitaciones en arquitectura
La deuda técnica a nivel de arquitectura puede limitar el crecimiento del producto y dificultar adaptarse a nuevas tecnologías.
Desgaste del equipo
Tener que lidiar constantemente con consecuencias de decisiones apresuradas o malas puede ser frustrante y desgastante para cualquier equipo.
Cómo gestionar y reducir la deuda técnica
No hay una solución mágica: requiere esfuerzo constante. Lo ideal es hacer mejoras pequeñas y continuas en lugar de intentar arreglar todo de golpe. Algunos consejos clave:
Identifica y prioriza la deuda
Crea un backlog con los elementos de deuda técnica, ordénalos según urgencia e impacto, y dales seguimiento con métricas como la TDR o la calidad del código.
Reserva tiempo para reducirla
En cada sprint, deja un porcentaje para trabajar en deuda técnica (por ejemplo, 80% funcionalidades nuevas, 20% mejoras técnicas).
Refactoriza poco a poco
Divide los cambios grandes en partes más manejables. Aplica la regla del Boy Scout: deja el código un poco mejor de lo que lo encontraste.
Mejora la calidad del código
Haz revisiones entre pares, programación en pareja, sigue buenas prácticas y estándares, agrega más tests y usa herramientas para revisar el código.
Comunica y educa
Muestra la deuda en reportes, explica su impacto al resto del equipo y forma a las personas para que sepan detectarla y evitarla.
Evita generar más deuda
Define bien qué significa que algo esté “terminado”, con criterios de control de calidad. No tomes atajos solo para cumplir con los plazos de entrega y realizar la entrega del producto.
Moderniza y actualiza
Mantén tus dependencias al día, migra gradualmente de sistemas viejos y mejora tu arquitectura cuando puedas.
Automatiza
Usa CI/CD para automatizar el flujo de desarrollo, haz testing automático y aplica prácticas como Infrastructure as Code para mantener consistencia.
¿Qué beneficios puede tener la deuda técnica?
Aunque suene raro, la deuda técnica puede tener ventajas si se usa con cabeza:
Lanzamientos más rápidos:
Te permite sacar productos o funcionalidades al mercado sin tener todo perfecto, lo cual puede ser clave para competir o validar ideas rápido.
Probar ideas:
Permite crear versiones mínimas viables (MVP) y recibir feedback sin invertir demasiado de entrada, como parte de una deuda prudente.
Cumplir plazos importantes:
A veces es mejor una entrega rápida de algo que funcione “lo justo” para no retrasarse, y luego mejorar.
Flexibilidad:
Tomar ciertas deudas de forma intencional permite tomar decisiones rápidas en momentos críticos.
Mejor uso de recursos:
Puedes enfocar el esfuerzo en lo que más valor genera ahora, y dejar lo técnico para más adelante (siempre que esté planificado).
Aprendizaje:
Enfrentar deuda técnica enseña al equipo sobre las consecuencias de ciertas decisiones y mejora la planificación a futuro.
Ventaja competitiva:
En industrias que se mueven rápido, lanzar cosas nuevas antes que la competencia, aunque no sean perfectas, puede hacer toda la diferencia.
Eso sí: estos beneficios aplican cuando la deuda es planificada dentro del desarrollo de proyectos. El truco está en medirla, gestionarla bien y tener un plan para resolverla. Así se equilibra el avance rápido con la sostenibilidad a largo plazo.
¿Cuáles son las causas de la deuda técnica?
La deuda técnica puede aparecer por muchas razones: presión del negocio, pocos recursos, falta de planificación o descuidar la calidad del código. Estas son las 20 causas más comunes:
- Requisitos poco claros o incompletos: Si no está bien definido qué se necesita, es fácil que el equipo asuma cosas o tome atajos.
- Fechas de entrega muy ajustadas: La urgencia por lanzar algo rápido lleva a soluciones express.
- Falta de experiencia: Si el equipo no domina bien ciertas tecnologías, es probable que escriba código poco eficiente.
- Sistemas heredados: Trabajar con software o hardware antiguo suele arrastrar problemas técnicos.
- Cambios durante el proyecto de software: Modificar requisitos a mitad del camino obliga a parches rápidos.
- Pruebas insuficientes: Si no se prueba bien el software, es más fácil que se acumulen errores ocultos.
- Documentación pobre o inexistente: Sin documentación, mantener o mejorar el código se vuelve más complicado.
- Falta de colaboración y mentoría: Si el conocimiento no se comparte, cada persona trabaja a su manera.
- Desarrollo en paralelo: Trabajar en varias ramas al mismo tiempo puede generar conflictos al unir los cambios.
- Retrasar mejoras necesarias del código: Si se pospone refactorizar, el costo a futuro crece.
- Ignorar estándares del sector: Saltarse buenas prácticas puede generar problemas de integración más adelante.
- Mala dirección técnica: Decisiones poco pensadas desde arriba generan deuda desde el inicio.
- Cambios de último minuto: Ajustar cosas sobre la hora, sin tiempo para hacerlas bien, pasa factura después.
- Falta de planificación y diseño: Saltarse estas etapas lleva a decisiones técnicas poco acertadas.
- Descuidar el mantenimiento del código: No revisar ni mejorar el código de forma regular es una receta para la acumulación de deuda.
- Priorizar el producto sobre el nivel de calidad del código: Enfocarse solo en lanzar funciones sin cuidar la base técnica.
- Falta de tiempo: Cuando todo es urgente, se cortan esquinas.
- Problemas técnicos inesperados: A veces surgen dificultades que no se habían previsto.
- Presión por lanzar ya: Se sacrifica el nivel de calidad por velocidad de desarrollo.
- Avances tecnológicos: Lo que funcionaba bien antes puede quedar obsoleto con nuevas herramientas o técnicas.
¿Qué tipos de deuda técnica existen?
Con el tiempo, expertos han clasificado la deuda técnica de diferentes formas. Estas categorías ayudan a entender mejor las fuentes de deuda, la intención y en qué parte del proceso de desarrollo impactan.
1. Deuda técnica intencional vs. no intencional
Steve McConnell habló en 2007 de dos tipos:
- Intencional: Cuando el equipo decide conscientemente hacer algo rápido, sabiendo que lo corregirá después.
- No intencional: Cuando la deuda aparece sin que el equipo se dé cuenta, por desconocimiento o falta de experiencia.
2. El cuadrante de la deuda técnica
En 2009, Martin Fowler llevó esto más allá con su “cuadrante de deuda técnica”, cruzando intención (intencional o no) con actitud (prudente o imprudente):
- Intencional e imprudente: Se toman atajos sabiendo que traerán problemas, generando así deuda imprudente.
- Intencional y prudente: Se toma la deuda de forma controlada, con un plan.
- No intencional e imprudente: Aparece por desconocimiento, sin saber el impacto.
- No intencional y prudente: Después de la entrega del producto, el equipo detecta una mejor forma de hacerlo.
3. Otras clasificaciones
Algunas categorías adicionales:
- Deuda ambiental: Surge con el tiempo, por ejemplo, al quedarse con sistemas antiguos.
- Deuda inevitable: Causada por factores externos al equipo.
- Deuda por degradación del software: El sistema se va volviendo más complejo y difícil de manejar.
4. Tipos específicos de deuda técnica
En 2014, un grupo de investigadores propuso una clasificación según la naturaleza de la deuda:
- Deuda de arquitectura: Problemas en la estructura del producto.
- Deuda de código: Código difícil de leer o mantener.
- Deuda de diseño: Violaciones a buenas prácticas de diseño.
- Deuda de documentación: Falta de documentación útil.
- Deuda de pruebas: Pocas pruebas o pruebas mal hechas.
- Deuda de construcción: Procesos de compilación complicados o lentos.
- Deuda por defectos: Errores conocidos que no se corrigen al instante.
- Deuda de infraestructura: Problemas en los entornos de desarrollo.
- Deuda de personas: Falta de formación o mala distribución del equipo.
- Deuda de procesos: Procesos poco eficientes o desorganizados.
- Deuda de requisitos: Brecha entre lo que se pidió y lo que se hizo.
- Deuda de servicios: Uso incorrecto de servicios web.
- Deuda de automatización de pruebas: Falta de cobertura de pruebas automáticas.
¿Cuánta deuda técnica es aceptable?
No hay una fórmula exacta: depende del contexto, del tipo de empresa y del proyecto de software. Lo que puede ser normal en una startup no siempre aplica a una empresa consolidada. Lo importante es encontrar un equilibrio entre velocidad, calidad y costo.
Aquí van algunas ideas para que el nivel de deuda siempre sea fácil de manejar:
Aplica la regla 80/20
Dedica el 80% del tiempo a nuevas funciones y mejoras, y el 20% a la reducción de deuda o la gestión de deuda técnica.
Equilibra con las necesidades del negocio
Un poco de deuda técnica puede ser útil si se usa estratégicamente. Lo importante es que esté controlada.
Documenta tus decisiones
Haz visible la deuda, deja registro de ella y tómala en cuenta en la planificación.
Ataca lo que más duele
No todo hay que arreglarlo de una. Enfócate en lo que más impacto tiene en el rendimiento o la experiencia.
Mantenla a raya
Reserva tiempo cada sprint para pagar deuda técnica, define umbrales aceptables, aprovecha momentos de menor carga para limpiar y usa buenas prácticas (refactorización, code reviews, tests automatizados).
Recuerda: una deuda técnica aceptable es la que se entiende, se mide y se gestiona activamente.
Gestiona tu deuda técnica con monday dev
monday dev, construido sobre monday.com Work OS, te ayuda a gestionar todo el ciclo de desarrollo en una sola plataforma flexible. Desde roadmaps hasta sprints, puedes lanzar productos eficientemente y, lo más importante, volver después a resolver la deuda técnica. Aquí te contamos cómo hacerlo:
Crea un tablero exclusivo para deuda técnica
Agrupa ahí todos los ítems, con columnas para describir el problema, estimar el esfuerzo, definir si son de alta prioridad o baja prioridad, y hacer seguimiento del estado. Conecta estos ítems con tareas o sprints en otros tableros.

Reserva tiempo para reducirla
Agenda bloques de tiempo recurrentes para trabajar en deuda técnica. Usa la vista de cronograma o Gantt para visualizar el trabajo y planificarlo.
Mide el progreso y el impacto
Monitorea con columnas de estado, agrega campos personalizados para ver métricas como tiempo ahorrado o mejoras en calidad, y usa tableros para tener una visión general.

Colabora y comunícalo
Usa comentarios y @menciones para discutir cada ítem con el equipo. Comparte vistas con las personas interesadas para mantenerlas al tanto.

Conecta tus herramientas
Integra con GitHub para que los cambios de código actualicen automáticamente los ítems de deuda técnica. Así todo se sincroniza y puedes ver el estado directamente desde tu repositorio.

Prioriza en reuniones
Incluye la deuda técnica en tus dailies o retros. Usa etiquetas o campos para ordenar según urgencia, y actualiza prioridades regularmente durante los grooming del backlog.
Prueba monday dev gratis por 14 días y descubre cómo gestionar la deuda técnica de forma completa, desde una sola plataforma.
Preguntas frecuentes
¿Cuál es la diferencia entre deuda funcional y deuda técnica?
La deuda técnica está relacionada con cómo se implementa el código, mientras que la deuda funcional tiene que ver con las funciones del producto y qué tan bien se alinean con los objetivos actuales y futuros del negocio. Ambas pueden coexistir y requieren estrategias distintas para gestionarse y reducirse.
¿Qué es la deuda técnica en Scrum?
Aunque la Guía de Scrum no lo menciona de forma directa, la deuda técnica en este marco se refiere a los atajos en diseño o implementación que se toman durante el desarrollo y que luego generan problemas. Corregirlos implica tiempo, esfuerzo y recursos necesarios adicionales.
¿La deuda técnica es buena o mala?
La deuda técnica no es ni buena ni mala en sí misma, puede tener efectos positivos o negativos, dependiendo de cómo se maneje. A veces, tener un poco de deuda puede ser útil si se gestiona bien. Lo clave es encontrar un equilibrio entre avanzar rápido y no comprometer la calidad ni la capacidad de mantenimiento del software a largo plazo.
¿Quién se encarga de pagar la deuda técnica?
Aunque son las personas desarrolladoras quienes suelen aplicar las soluciones, la responsabilidad de gestionar y saldar la deuda técnica es compartida entre todo el equipo de desarrollo, los product owners y la organización en general. Requiere coordinación, compromiso y un enfoque consciente desde todas las partes involucradas.
¿Cómo puedes prevenir la deuda técnica?
La clave está en priorizarla todo el tiempo, no solo cuando ya es un problema. Estas prácticas te ayudan a evitar que se acumule y a mantener un código más sano:
Establece y respeta estándares de codificación
Haz revisiones de código, tanto automáticas como manuales
Da importancia a las pruebas y la documentación
Usa herramientas de testing automatizado
Reserva un porcentaje de cada sprint (por ejemplo, 20%) para trabajar en deuda técnica
Aplica metodologías de desarrollo ágil como Scrum, que fomentan la mejora continua
Capacita al equipo en cómo detectar y evitar deuda técnica
Usa herramientas de gestión de proyectos de desarrollo para seguir y resolver problemas de código a tiempo
Evita los atajos para cumplir plazos, siempre que sea posible
Anima a que el equipo mejore el código mientras trabaja en él