En sus inicios, la vida en la startup era muy caótica. Moneytree no tenía procesos ni flujos de trabajo sólidos para empujar al producto. Al igual que muchos otros en sus primeros pasos, hacían lo que necesitaban en cualquier momento dado para terminar el trabajo.
“Todo el tiempo reevaluábamos nuestros programas, procesos y personas, ya que lo que nos llevaba del punto A al punto B no siempre era lo ideal para llegar al punto C, etc.”, dice Paul Chapman, Director ejecutivo y fundador.
Cuando llegaron a los 25 empleados, Moneytree se dio cuenta de que debía cambiar la forma de trabajo si quería escalar con éxito.
Los equipos de la empresa empezaron a probar distintas herramientas de seguimiento de proceso, como Pivotal Tracker y Trello, pero ninguna tuvo un impacto duradero. A menudo, las cambiaban por otra solución que resolviera los problemas de ese momento. Y ese ciclo se repitió por un tiempo.
Lo que Moneytree no sabía es que realmente necesitaba una solución robusta que pudiera adaptarse a muchas de sus necesidades más urgentes a largo plazo.