El viejo y querido triángulo de hierro. Un clásico en el mundo de la gestión de proyectos, el triángulo de hierro se compone de tres limitaciones: alcance, tiempo y costo. Ha estado vigente durante años y sufrió pocas modificaciones.
Pero los tiempos han cambiado. Las necesidades de los clientes cambian continuamente. Por consiguiente, los equipos deben ser más ágiles para poder responder a esas necesidades. Y los líderes deben dejar que los equipos descifren cómo alcanzar sus objetivos más rápido, sin cuellos de botella.
Un triángulo rígido no encaja con la forma en que trabajamos hoy en día.
Necesitamos que el triángulo de la gestión de proyectos evolucione hacia algo nuevo: el triángulo ágil, aquel que tiene en cuenta el valor entregado, en primer lugar.
¿Cómo ha evolucionado este nuevo triángulo de la gestión de proyectos? ¿Y cómo puedes optimizarlo en tu flujo de trabajo? Analicemos un poco el trasfondo y trabajemos a partir de ahí.
¿Qué es el triángulo de hierro?
Hay toneladas de teorías sobre cómo manejar proyectos correctamente. Una de las más populares es la teoría del triángulo de hierro.
El triángulo de hierro define cada uno de sus ejes como limitaciones: alcance, presupuesto y plazos:
Alcance de la gestión de proyectos: en la gestión de proyectos, el alcance es esencialmente una lista de todos los elementos y el trabajo que hay que completar para entregar el producto final. En un triángulo de hierro, el alcance generalmente se indica en la parte superior del triángulo. Esto se debe a que el alcance es a menudo más fácil de definir.
Cuando comienzas un proyecto, sabes cuál es tu objetivo y cómo debería verse el producto final. Al menos en teoría. Pero una vez que comienzas, como todos ya sabemos, las demandas del proyecto pueden cambiar o descubres que necesitas ciertos componentes que pasaste por alto en tu evaluación original.
Tiempo de la gestión de proyectos: determinar el tiempo que llevará completar un proyecto es en realidad muy complicado. En primer lugar, a menudo hay muchos elementos a entregar que combinados conforman el producto final.
Por ejemplo, si estás desarrollando un software nuevo debes programar el back-end con sistemas de suministro de datos, funcionalidades de filtrado y alertas automatizadas. Además, necesitas un equipo que trabaje en el front-end para lograr una IU y UX de primera categoría. Al mismo tiempo, es posible que tu equipo de desarrollo comercial esté en el campo trabajando en la preventa o buscando evaluadores de la versión beta. En otras palabras, la gestión del tiempo significa calcular la suma total de la duración de todas estas actividades juntas, teniendo en cuenta, por supuesto, los elementos de cada una de ellas que pueden superponerse para lograr un calendario viable.
El costo de la gestión de proyectos: Y, por último, tenemos el costo. Aquí deben contabilizarse tus instalaciones, las horas de trabajo e incluso los honorarios legales. Luego debes establecer un presupuesto detallado en consecuencia. A menudo, los software de gestión de proyectos son útiles para realizar esta tarea bastante tediosa y técnica.
Ten en cuenta que, aunque puedes ajustar las limitaciones sobre la marcha, cada ajuste en una limitación afectará a las otras. El triángulo, después de todo, necesita permanecer geométricamente proporcionado para poder funcionar. Así que si quieres, por ejemplo, hacer el proyecto más rápido, tendrás que invertir más dinero en mano de obra. Si quieres ampliar el alcance, por ejemplo, agregando una característica nueva a esa plataforma de gestión de inventarios, deberás agregar tanto mano de obra como capital. De lo contrario, no podrás alcanzar el objetivo central, que es lograr un producto de calidad.
¿Pero el triángulo de hierro realmente encaja en el entorno laboral de hoy en día?
La agilidad rige el negocio
Como hemos dicho antes, la agilidad es una de las características más importantes de las organizaciones exitosas de hoy en día.
Con los constantes cambios en las necesidades y los deseos de los clientes, los entornos cambiantes y los rápidos cambios tecnológicos, muchas organizaciones luchan por mantener el ritmo. A eso debes agregarle la necesidad de tomar decisiones rápidamente, sin burocracia, y crear productos y servicios nuevos como nunca antes, todo lo cual te da como resultado un gran caos en tus manos.
¿Cuál es la respuesta para organizar este caos?
Mejorar la agilidad. La agilidad, una combinación de flexibilidad y velocidad de respuesta, ayuda a las organizaciones a moverse más rápido y de forma alineada. La agilidad, algo que comenzó como una forma de pensar de los desarrolladores de software, se está convirtiendo en una obligación para muchas organizaciones.
Entonces, ¿cómo adoptamos el triángulo de hierro para que se adapte a esta nueva realidad?
La ventaja del triángulo ágil
Con el paso del tiempo, el concepto del triángulo de hierro de la vieja escuela se ha puesto en duda.
Muchos gerentes de proyectos consideran que el triángulo de hierro es demasiado restrictivo y se centra en el alcance y no en el impacto. Por ejemplo, un programador que trabaja en software debería concentrarse en el lanzamiento del producto y no en adaptar las dimensiones de un triángulo para que los ángulos rígidos coincidan.
Por eso, ahora muchas empresas usan en cambio el “triángulo ágil”.
Con Jim Highsmith como su pionero, este modelo también enumera una relación de tres vías que deben trabajar de forma coordinada para la completar el proyecto exitosamente. En el triángulo ágil, en lugar de tener el alcance en la parte superior del triángulo, tienes el valor y el impacto. En las esquinas inferiores del triángulo, aparecen la calidad y las limitaciones (en lugar del costo, tiempo y alcance).
Este es un cambio importante. Porque, en definitiva, el valor realmente es el objetivo de cualquier proyecto. No realizamos proyectos solo por diversión. Queremos generar un impacto y entregar proyectos con valor real para los usuarios y clientes.
Así que, en lugar de adaptar nuestro trabajo en función de métricas como un alcance predefinido, nos centramos en el valor para el cliente o usuario.
Si tu programador encuentra una manera de agregar más valor al software, con una función adicional o una corrección de la versión, debería animarse a hacerlo. Especialmente, si a tus clientes les va a encantar.
¿Qué estilo de gestión de proyectos es el adecuado para ti?
No hay una respuesta correcta o incorrecta en cuanto a qué estilo de gestión de proyectos es el correcto para ti, y si el triángulo ágil funcionará para tu equipo o no. Aunque como hemos mencionado, la agilidad y el valor entregado son cada vez más importantes.
Y aunque una plataforma como el sistema operativo de trabajo puede ayudarte a gestionar tu proyecto, tanto si prefieres el triángulo de hierro o el triángulo ágil, la agilidad es un buen valor a tener en cuenta en cualquiera de los casos.
Si te mantienes ágil en esencia, y eres capaz de pivotar rápidamente para maximizar el impacto, podrás avanzar y obtener mejores resultados.
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